viernes, 11 de marzo de 2011

El número 13 en la F1

Siguiendo con el tema de las supersticiones abierto en la entrada anterior, hay un hecho interesante en relación al número 13 en el mundo de la F1.

Ahora que parece que la parrilla de pilotos para la temporada 2011 está cerrada, ponemos cara y nombre a los 24 afortunados pilotos del gran circo. Pero, ¿cómo es que, si sólo hay 24, uno de los corredores de Virgin porta el número 25? Bueno, aunque la razón es conocida para la mayoría de aficionados, no está de más recordarla.

Si os fijáis en la siguiente captura de pantalla de la página oficial de Formula 1, observaréis que entre el nº 12 del debutante Pastor Maldonado y el nº 14 de Adrian Sutil, no hay ningún piloto defendiendo el nº 13.

Parte de la parrilla de pilotos para 2011. ¿Dónde está el guerrero número 13?

La razón de este hecho es sencilla: desde los mismos inicios de la F1, allá por 1950, tradicionalmente nunca ningún piloto ha llevado el nº 13. Cuando la asignación de números era un poco aleatoria los pilotos no lo solicitaban, y desde que la organización asigna los números directamente ese número se deja vacante.

¿Cual es el motivo de esto? Bueno, aparte de la conocida aversión que existe hacia el número 13 en el mundo occidental (conocida incluso científicamente como triscaidecafobia), hubo un motivo concreto que motivo esta exclusión. 

En los inicios de los GP, mucho antes que la F1 existiese, dos pilotos de una de las marcas punteras en aquel entonces, Delage, murieron como consecuencia de accidentes a bordo de bólidos portando en sus lomos y radiadores el maldito nº 13. El Automobile Club de France, quizá la mayor autoridad en las carreras de la época, decidió dejar de asignar el nº 13 a cualquier participante en un Grand Prix. Así los GP de F1, sucesores de aquellos Grand Prix primigenios, heredaron la costumbre de no asignar el nº 13.

Paul Torchy, uno de los desafortunados pilotos Delage

Es importante notar que no está prohibido llevarlo, simplemente la organización no lo asigna a nadie. De hecho, antes de 1996, cuando cada piloto podía, con algunas restricciones, llevar el número que quisiese, hubo tres pilotos que lo usaron en alguna ocasión.

La primera de ellas, la menos conocida, fue en el GP de Alemania de 1953, cuando Mauritz Von Strachwitz participó en las sesiones clasificatorias pero no logró el tiempo mínimo para poder disputar el GP. La última fue un caso similar, cuando Divina Galica, una de las pocas mujeres que han participado en F1, no logró clasificarse para disputar el GP británico de 1976. Durante las sesiones previas también había llevado el nº 13 con su Surtees-Ford. Ella pensaba que le daría suerte al haber nacido un día 13.

Divina Galica y su Surtees-Ford nº 13

Entre ambos hubo un participante que sí llegó a disputar un GP de F1 defendiendo el nº 13. Este piloto, que, escrupulosamente hablando, es el único que ha participado en F1 con ese número, es Moisés Solana. Fue en el GP de México, su país natal, y en 1963. Después de clasificarse 11º completó casi todo el GP, pero tuvo que retirarse a falta de 8 vueltas con su motor exhausto. Poco después de su carrera, Moisés, que es uno de los pilotos mejicanos de la historia con mayor reputación, fue invitado a Módena a probar con Ferrari de cara a un posible fichaje. La historia cuenta que Moisés fue alojado en la misma habitación de hotel que solía usar otro gran piloto mejicano de Ferrari, Ricardo Rodríguez, fallecido en accidente el año anterior. La leyenda dice que Moisés, por superstición, rehusó fichar con Ferrari, temiendo un destino similar al de Ricardo. Es cuanto menos extraño que un piloto que no tiene miedo a usar el nº 13 en carrera dijera no a Ferrari, así que yo me inclino más por creer que Moisés rechazó Ferrari simplemente porque le ofrecían participar en F2 y no en F1.

 Moisés Solana, único piloto en disputar un GP de F1 defendiendo el nº 13

Otro caso curioso fue el de Mike Hawthorn, que después de ver cómo sus dos compañeros de la temporada 58 en Ferrari, Musso y Collins, morían en accidente portando el nº 2, se negó a disputar el GP final de la temporada, en Marruecos, si no era llevando otro número. Para que nos hagamos una idea del pánico que le generaba la idea de llevar ese número maldito, debemos recordar que Hawthorn se jugaba en ese GP el Campeonato del Mundo. Finalmente, Gendebien accedió a cambiarle el nº 2 por el 6, con lo que Hawthorn pudo correr y alzarse con el Campeonato.

Volviendo al tema del uso del nº 13, es indudable que hay muchos deportistas que usan y han usado el nº 13 durante su carrera y ésto no les ha causado ningún problema. Por otro lado, hay culturas donde el nº 13 no es símbolo de mala suerte. Por ejemplo, en Japón su equivalente sería el nº 4, que se evita usar en muchos ámbitos de la vida diaria, habiendo incluso hoteles y hospitales sin 4ª planta. Ésto no fue óbice para que, en la temporada 2005, el equipo japonés Honda y su piloto, también nipón, Takuma Sato, usasen el nº 4. Aunque, bien mirado, mucha suerte no les dió teniendo en cuenta el temporadón que habían hecho el año anterior...

En Italia el número maldito es el 17, y si no me creéis, probad a buscar la fila 17 en cualquier vuelo de Alitalia... El italiano Esteban Tuero, que compitió en Minardi en el año 98, rehusó durante toda su vida deportiva portar tanto el 13 como el 17.

Personalmente no soy nada supersticioso, pero creo firmemente que si la F1 tiene algo grande es que nunca la tecnología más puntera ni los mejores ingenieros del mundo podrán conseguir que las viejas tradiciones de este gran circo mueran. Seguro que este año Adrian Sutil duerme algo más tranquilo gracias a eso...

martes, 1 de marzo de 2011

El supersticioso Ascari

El gran Fangio tuvo pocos rivales a su altura durante su carrera, pero si uno podría realmente haberle hecho sombra al astro argentivo, ese era Alberto Ascari. Y es curioso que Fangio en su día: "Ascari tenía un contra... era muy supersticioso".

Yo sinceramente no creo que éste fuese un hándicap del italiano, quizá todo lo contrario. La verdad es que, de haber seguido sus presentimientos y corazonadas, quizá se habría retirado de viejo y no por ese maldito accidente en Monza...

De Ascari se dice, por ejemplo, que si veía un gato negro prefería dar el rodeo que hiciese falta antes que cruzarse con el felino. Enzo Ferrari  recordaba entre carcajadas la broma que gastó a Ascari antes de una cena de la Scuderia en una trattoria: habían llegado 11 asistentes a la cena y sólo faltaba por llegar Ascari, así que il Commendatore pidió a un camarero que se sentase hasta que llegase éste. Cuando Ascari llegó y vió que era el 13º comensal, fue incapaz de sentarse a la mesa hasta que pidieron al camarero que podía irse...

Alberto Ascari era un superclase, no muy conocido entre la afición actual, pero que tiene aún varios récords vigentes, algunos de ellos nada desdeñables... por ejemplo, sigue siendo el piloto italiano más exitoso de la historia y el último en haber ganado el campeonato de F1 al país transalpino. Ganó 2 títulos mundiales, algo que sólo han conseguido otros 13 pilotos en toda la historia. Además, sigue en su poder el récord de victorias consecutivas en F1 (un total de 9)

Tras vencer en los campeonatos del 52 y 53, siendo el único que pudo "interrumpir" la increíble racha de 5 títulos de Fangio entre la 51 y la 57, Ascari ficha por Lancia. Como él mismo reconoció, Ferrari no podia colmar sus expectativas salariales, así que Gianni Lancia rompió la hucha y desembolsó 12.000 euros (de la época) para contar con Ascari en la temporada 55. Tras retirarse en Argentina, Ascari llega a Mónaco con muy buenas sensaciones y con un Lancia que parecía que por fin podría disputar la hegemonía de Ferrari y Mercedes.

Como algunos pilotos habian profetizado en la vuelta de reconocimiento del día anterior al GP de Mónaco, el que tocase los sacos de arena que la delimitaban caería fácilmente al Mediterráneo. Bien porque Alberto tocó el parapeto, porque se deslizó en la mancha de aceite que Moss había dejado en la vuelta anterior, porque se le bloquearon los fatigados frenos del Lancia o porque la luz del sol le deslumbró a la salida del túnel, Ascari se fue con su Lancia al fondo del puerto deportivo. Cuando la gente esperaba lo peor, Ascari emergió del fondo del agua con su inconfundible casco azul celeste y, ayudado por los hombres rana que habían sido sabiamente apostados allí por la organización, fue rescatado. Su Lancia seguiría el mismo camino horas más tarde junto con algunos enseres personales de Ascari, como sus gafas y cartera.

 Zambullida de Ascari entre yate y yate

Ascari reconoció, en el artículo que escribía tras los GP, que había sido muy afortunado y que tan sólo habia sufrido golpes y magulladuras en su costado derecho y un fuerte golpe en el tabique nasal. El médico le prescribió una semana de reposo, ya que una fractura en el septum nasal podría causarle una embolia, que el italiano no respetaría.

Él 26 de Mayo, tan sólo 4 días más tarde de su accidente y uno más tarde de ser dado de alta en el hospital, Ascari se entera que sus amigos Castellotti y Villoresi se encuentran en Monza probando un Ferrari sport. Aburrido por la inactividad se acerca a Monza, no sin besar a su querida Mietta antes, prometiéndola que estaría de vuelta en casa antes de comer. Cuando Castellotti se baja del Ferrari, Ascari pide probarlo. En sus propias palabras "mejor meterse en un coche enseguida después de un accidente".

Ésto sorprendió a todos los que le conocían, pero accedieron a su deseo. ¿Por qué debía sorprenderles? Bien, en primer lugar porque Ascari era increíblemente supersticioso en lo que concernía a la vestimenta que llevaba al correr: nunca corría sin su casco azul celeste ni su inseparable ropa (camisa de lana y pantalones con grandes bolsillos delanteros, también azul claro) Tal era su preocupación en cuanto a esto que no dejaba que absolutamente nadie tocara sus pertenencias. Ese día Ascari no llevaba su casco azul celeste, dado que la hebilla de cuero que lo sujetaba a su barbilla se había dañado en el accidente de Mónaco y todavía estaba siendo reparado. Además, en lugar de sus pantalones y camisa azules, Ascari vestía traje y corbata.

Ascari con sus habituales casco e indumentaria azules

En segundo lugar, Ascari se había resuelto a no correr nunca en un día 26, ya que su padre, el gran Antonio Ascari, había muerto en un día 26, en el Julio de 1925. Ascari no disputó un sóilo GP en su vida un día 26, pero no le importó subirse al Ferrari sport ese aciago 26 de Mayo.

Si Ascari habia tenido en cuenta estos presagios o no nunca lo sabremos, pero pidió su blanco casco y unos guantes a Castellotti, se metió la corbata por dentro de la camisa y aceleró el plateado Ferrari 750, que todavía no había sido pintado de rosso en Maranello. A la tercera vuelta, los presentes en Monza dejaron de escuchar de repente el bramido del Ferrari, a lo que siguió el estruendoso sonido de un coche dando vueltas de campana. Villoresi supo que su amigo no saldría del accidente, y los peores presagios se confirmaron al llegar a la Variante Vialone donde se produjo el accidente (desde entonces se llama Variante Ascari) ya que Ascari yacía lejos del coche. No llegó con vida al hospital.

Respecto a los motivos del accidente, unos dicen que se confió con un coche y neumáticos Englebert desconocidos para él, otros que la corbata le tapó la visión, otros que sufrió una embolia por la fractura en su nariz, no pocos creen la historia de un cura que recibió en confesión a un pobre hombre lamentándose de haber sido el causante del accidente al cruzar indebidamente el circuito provocando la salida de pista...

El caso es que se fue alimentando una cierta leyenda en torno a su muerte, y la verdad es que hay una serie de hechos que, cuanto menos, son curiosos:
- Alberto no corría nunca sin su casco e indumentaria azules, excepto esa tarde en Monza
- murió, al igual que su padre Antonio, un dia 26 y, también como su padre, a la edad de 36 años y 48 semanas
- precisamente porque su padre murió un día 26, Alberto nunca corría los días 26 y odiaba ese número. El día de su accidente en Mónaco portaba el 26 en su Lancia (nunca antes lo habia llevado) y se mató en Monza un dia 26
- tanto él como su padre, ganaron 13 GP. Antes de ganar su 14º GP, se mataron en accidente
- ambos se mataron 4 días más tarde de haber sufrido un aparatoso accidente sin consecuencias, y ambos se mataron en una curva a izquierdas aparentemente sencillas

 Alberto portando el funesto 26 que marcaría su vida y muerte

La muerte de Alberto fue un auténtico drama para toda Italia. Su último y querido campeón se iba de forma inesperada. Sin embargo, Alberto siempre había estado seguro que su fin le esperaba en el asfalto, tras una curva a izquierdas. Como él mismo había confesado a quien quisiera escucharle, "soy estricto con mis hijos porque no quiero que se encariñen conmigo ya que algún día después de una carrera puede que no vuelva a casa".