Cuando Niki Lauda relata cómo despertó en la unidad de cuidados intensivos en la que acabó después de su estremecedor accidente en Nürburgring, lo hace de la siguiente manera: "Estoy vendado, ciego y mudo... un hombre aparece. Parece un sacerdote. Habla en latín. Suena como un sermón, una extrema unción. Podrías morir de algo así como podrías morir de un shock... El sacerdote no dice nada bonito, nunca menciona la posibilidad de que pudiese recuperarme. Me contrarió tanto, quería gritar "¡Hey! ¡Para! ¡No voy a morir!"
Cuando vemos las horribles imágenes del incendio del coche de Niki no nos debería sorprender la actuación del sacerdote, dado que muchos dudaban de que sobreviviese a las heridas. La prensa sensacionalista había avivado el fuego, declarando que Niki había perdido su cara con titulares como "Dios mio, ¿dónde está mi cara. Niki tendrá lista su nueva cara en 1979" (sic) Pero el aparentemente frágil y endeble Niki era más fuerte de lo que cualquiera podría esperar...
Niki pocas semanas después de su accidente
Si algunos se sorprendieron de su aparición en el paddock del GP de Monza tan sólo 6 semanas más tarde del incidente de Nürburgring, los miembros de Ferrari debieron pensar que estaba bromeando cuando pidió que preparasen su montura para la calificación. Las heridas eran tan recientes que, cuando Niki se ponía y quitaba el casco, su cabeza comenzaba a sangrar abundantemente...
Pero si Niki tenía algo era caracter, y en la clasificatoria del Sábado obtuvo un increíble 5º puesto, muy por delante de su rival por el título, el piloto de McLaren, James Hunt. Finalmente pudo salir tercero después de que los exámenes de la gasolina de Mass y Watson anularan sus tiempos del Sábado. A pesar de una mala salida que le dejo 12º, tomando fuerzas de la sangre que brotaba de sus heridas, marcó dos veces la vuelta rápida y llevó su 312T2 a un sensacional 4º puesto. Después de acabar la carrera Niki se sinceró y dijo que estaba aterrorizado antes de salir, que tuvo que hacer frente a diarrea y taquicardias por la tensión que le generaba el miedo a un posible accidente. El miedo se le quitó en cuanto su Ferrari derrapó por primera vez. Jackie Stewart declaró que aquella gesta era la más valiente que había visto en el mundo del deporte.
Esta auténtica machada le sirvió a Niki para recortar 3 puntos a Hunt en el mundial. Como si de una señal se tratase, cuando llegaron a la última cita, en Japón, Niki le sacaba esos mismos 3 puntos a Hunt. Parecía que el haber emergido del mundo de los muertos le iba a dar a Niki la recompensa de su segundo titulo mundial. Pero el GP de Japón del 76 se recordará por no haber tenido un final tan feliz.
La lluvia caía de tal modo en el inicio de carrera que Niki decidió retirarse en la segunda vuelta, pensando que el resto de participantes, incluido Hunt, optaría por hacer lo mismo. El caso es que Hunt aguantó hasta el final, sumando 4 valiosos puntos que le hicieron acabar el Mundial un punto por delante de Niki.
Desde su oscuro despacho en Maranello, entre las velas que iluminaban la foto de su querido Dino, Il Commendatore pensó aquella tarde que su querido Niki había muerto como piloto. A pesar de la machada de Monza tan sólo 3 GP antes, Enzo pensó que ya no volvería a ser el aguerrido e incontenible piloto al que descubrió unos años antes... y decidió no contar con él para la temporada siguiente, ofreciéndole un burocrático puesto de Director Deportivo en la Scuderia.
Niki se sintió ofendido y después, cuando Enzo puso a Reutemann como primer piloto para la temporada del 77, gravemente traicionado. Niki vió que su ciclo con Ferrari había acabado y, según sus propias palabras, nunca volvió a sentirse feliz en el equipo.
A mediados de la temporada 77, con el título prácticamente en el bolsillo, Niki decide que dejará Ferrari para irse a Brabham. Sería demasiado largo de contar, pero Niki había llegado a ser prácticamente un hijo para Enzo. Cuando entra a la Scuderia, ayuda al jovencísimo Montezemolo a crear en el equipo una auténtica revolución que le haría mutar de un equipo familiar, basado exclusivamente en la figura del Commendatore, a un equipo más eficiente, organizado y profesional. Niki había llegado a prometer que, cuando Enzo faltase, se haría cargo del equipo y lo dirigiría. Así que es difícil saber qué paso por la cabeza de ambos y qué sucedió realmente aquel 29 de Agosto de 1977, en el lúgubre despacho del Ingegnere, cuando Niki se sinceró y rompió su promesa.
Uno dice que lo hizo con normalidad, tal y como trataba siempre a Enzo, el otro dice que Lauda tartamudeaba y no pudo acabar su discurso en italiano, que puso excusas para abandonar... el caso es que ese día acabó una relación que, de haber seguido, habría dado muchos más triunfos a ambos. Quizá Niki no se habría quedado con "sólo" 3 Campeonatos y Ferrari habría acelerado su evolución a un equipo profesional... mi opinión es que la testarudez de ambos hizo inviable una relación que podía haber sido mucho más fructífera. Siempre que veo a Lauda en la tele creo adivinar en sus ojos una nostalgia de color rosso...
1 comentario:
Nikki Lauda, mi primer idolo al volante de un F1... COÑO, que viejo soy!
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