Me gustaría, aprovechando éste hecho, recordar a los pilotos españoles que marcaron el camino para los demás, los que llegaron a la máxima competición cuando la F1 no era conocida más que por unos cuantos españolitos… Así, hoy homenajearemos a Francisco Godia, popularmente conocido como Paco Godia o Paco “Chico” Godia, y que fue el primer piloto español en participar en F1.
A modo de hombre del Renacimiento en pleno siglo XX, fue un gran empresario, mecenas, coleccionista de arte y piloto de F1, en esa romántica época que también vivió Alfonso de Portago, y antes de la salvaje profesionalización que vivió la F1. Como De Portago, Godia procedía de una familia acomodada. Había nacido en 1921, de abuelo militar. Su padre, que tenía un negocio de importación en Barcelona, era bastante acaudalado pero, además, al final de la Guerra Civil los negocios de Godia progresaron de forma espectacular bajo los buenos auspicios del regimen dominante. Eso le permitió mantener vivas sus dos grandes aficiones: las carreras de coches y la colección de arte que había heredado de su padre.
El Sr. Godia, cambiaba su reino por una ducha...
Debutó como piloto antes de crearse la F1, en 1945, concretamente en el circuito de Montjuïc. Aunque debutó en el año 1951 en la máxima competición, hizo un paréntesis en las ediciones del 52 y 53. Después participó ininterrumpidamente entre las temporadas 54 y 58. En las 5 temporadas que participó lo hizo siempre pilotando monoplazas Maserati (bien en el equipo oficial o en equipos privados) Su buen hacer en F1 se reflejó en que se clasificase en 13 de las 14 carreras que disputó (algo no tan sencillo en aquellos años)
El GP de España sin duda le traería buenos recuerdos. Aparte de por el hecho de correrse en su ciudad, fue aquí donde debutó en F1 (en 1951, remontando desde los últimos puestos, con una salida de pista por medio, hasta la 10ª posición) y donde, en 1954 (esta vez con un 250F de la escudería Officine Alfieri Maserati), consigue su primer punto en F1 tras quedar 6º.
En 1955 siguió conduciendo Maserati, aunque a título privado. La fortuna quiso que en el Gran Premio de Lisboa (no puntuable para el campeonato), con un Ferrari prestado, obtuviera la vuelta rápida y la 3ª posición final, lo que animó a Maserati a convertirlo en un piloto casi oficial, lo que a la postre originaría que 1956 fuese su mejor temporada.
En 1956 su mejor posición en carrera no pasó del 4º puesto (dos cuartos puestos en Nurburgring y Monza con su Maserati 250F), pero esto le valió quedar 6º en la clasificación final del campeonato, algo que ningún español superó hasta la era Alonso…
Aunque en la temporada 1958 se retira de la F1 y en 1969 de la competición de motor, su influencia en el deporte español perdura todavía, ya que influyó decisivamente para la construcción del Circuito de Cataluña. Su longevidad deportiva fue, por tanto, notable, ya que corrió durante 23 años y hasta los 48 de edad.
Fuera de la F1 corrió en diversas pruebas, que fueron desde rallies hasta las 24h Le Mans. También recordado será su record, con un Porsche 904 GTS, en 1964. Salió de Barcelona a las tres de la madrugada y llegó a Madrid tras 4 horas, 54 minutos y 58 segundos, sin autopistas y pasando por el centro de Zaragoza…
Su extrovertido y sincero carácter se ganaba el corazón de aquellos que le conocían, y sus reacciones espontáneas generaron muchas anécdotas, como aquella protagonizada con el gran Fangio en Buenos Aires. Fangio y Godia compartían un Maserati en una carrera en Buenos Aires, alternándose en la conducción uno y otro. En una de las vueltas, Fangio golpeó el coche y lo dañó seriamente. Cuando llegó a boxes para que Godia continuase, éste respondió “Hombre, para hacer eso tampoco se necesitaba ser Fangio, ¿eh?”
Como decíamos, su exquisito gusto y gran afición al arte le movió a reunir una valiosa colección privada de pintura, escultura y cerámica, que su hija ha puesto a disposición del público en el Museo Fundación Francisco Godia de Barcelona.
Pero además de gran piloto y mecenas y coleccionista, una importantísima faceta de su vida fue la de empresario de gran éxito y prestigio. De esta etapa también recordamos una anécdota relacionada con la F1: en una importante reunión con el consejo de Administración de una compañía con la que Cros, su empresa, iba a fusionarse, uno de los accionistas le recordó su pasado en F1 y dudó que la salidad del balance de Cros. Godia, sin inmutarse, zanjó la cuestión: “En Cros no corremos en Fórmula Uno, sino que tenemos por divisa la seguridad y la prudencia.”
Godia falleció en 1990, después de vivir 69 intensos años. A su funeral no acudió Fangio, pero poco antes de morir recibió una carta del quíntuple campeón mundial. "Te deseo lo mejor", le decía.