sábado, 8 de mayo de 2010

Lorenzo Bandini (y su trofeo)


En las siguientes fotografías tenemos al Sr. Vettel lidiando con los atascos de una populosa carretera italiana. No es que Red Bull no le haya podido poner otro coche de empresa… es que iba a recoger un premio y no se le ocurrió mejor medio de transporte que su F1.

Vettel buscando sitio para aparcar

No, no estoy bromeando. La foto se remonta al verano de hace un año, cuando Vettel fue galardonado con el premio Lorenzo Bandini (luego hablaremos más de este trofeo) y se le ocurrió la feliz idea de acudir al evento en su flamante RB. No formó parte de ninguna demostración a las que otros pilotos nos tienen acostumbrados, por lo que en la mayor parte del trayecto el monoplaza fue circulando totalmente integrado en el tráfico normal, sufriendo los atascos como cualquier otro hijo de vecino y teniendo que parar en los inevitables semáforos. 


Por supuesto, el coche fue escoltado en todo momento por el flamante Lamborghini que forma parte del parque móvil de los carabinieri (el que se ve tímidamente aparecer en la  siguiente fotografía detrás del RB) Más de un peatón y muchos conductores debieron quedarse de piedra al ver pasar por su lado con total naturalidad a Vettel en su montura, y seguro que muchos otros giraron la cabeza extrañados oyendo atronar tal bólido.


En cuanto al premio que recibió Vettel, el Lorenzo Bandini, es un trofeo que se entrega desde el año 1992, aunque no fue hasta 1995 que se institucionalizó y se entregó regularmente de forma anual. En un principio, y como la asociación que lo otorga reconoce, está destinado a reconocer a los grandes protagonistas del automovilismo deportivo en general. Sin embargo, y especialmente desde los últimos años, el premio se ha concentrado en reconocer a los jóvenes pilotos destacados y figuras emergentes en la F1.

Así, en 2009 Vettel fue el galardonado, mientras que en 2010 ha sido Lewis Hamilton, que recogerá el próximo Julio el prestigioso premio. Además, ha habido muchos otros ilustres ganadores, como Massa (2007), Alonso (2005), Raïkkonen (2004), Schumacher (2003, cuando, por cierto, ya era mayorcete), Button (2001), Jacques Villeneuve (1996), o, sorprendentemente, y sin tener nada que ver con el pilotaje, Luca Cordero di Montezemolo en 1997. Con estos precedentes, no es de extrañar que para cualquier joven piloto sea un auténtico honor ser el galardonado.

La ciudad que alberga la ceremonia es Brisighella, una pequeña población italiana, y la asociación que lo otorga se compone de no más de 15 personas, lo que da al evento ese toque familiar y entrañable tan italiano.

El que el trofeo lleve ese nombre no aleatorio. Lorenzo Bandini fue un piloto italiano de los años 60 que siempre ha estado en los altares de cualquier tifosi que se precie.

 El codiciado trofeo evoca el Ferrari nº 18 de Bandini

Y es que lo tenía todo para conseguirlo: italiano, de origenes humildes, luchador hasta la extenuación por conseguir su sueño de ser piloto de carreras. Llegó hasta la cumbre, Ferrari, y, cuando lo había conseguido todo, lo perdió de forma trágica al matarse en Montecarlo.

Hijo de un mecánico, aún de niño ya tuvo que ganarse el pan en una gasolinera de su Libia natal para pasar a trabajar en un taller en Milán, durmiendo frecuentemente en los asientos traseros de los coches que custodiaba. Poco después, tras casarse con la hija del dueño del taller, empezaría a competir con coches prestados o promocionado en categorías inferiores, hasta que ganó Le Mans. Entonces, y tras la marcha de Surtees de Ferrari, Il Commendatore le llama.

 Lorenzo Bandini

Su muerte es de las más recordadas en F1 por su crueldad. Cuando perseguía a Hulme en segundo lugar, no pudo evitar la mancha de aceite que el coche de Brabham había dejado al romper. Cerca del puerto, su Ferrari hizo un trompo y se estrelló, volcando e incendiándose inmediatamente. El mismo Commendatore, que veía el GP en la televisión en su oficina de Maranello, describe que en cuanto vió la negra nube de humo, instintivamente sintió “que el coche en llamas era uno de los míos. No se porqué ni cómo sentí intuitivamente que Bandini estaba en ese incendio y que nunca más le vería”. El impacto lo le mató, sino que las quemaduras y el humo que inhaló se lo llevaron un día más tarde.

Tenía 32 años, y su ilusión de convertirse en un buen agricultor y dedicarse a la producción de vino se había desvanecido junto con la nube negra que ascendía del puerto de Montecarlo... al menos la gente del lugar donde había adquirido un pequeño terruño, y donde en ocasiones practicaba preparando la tierra con su tractor, nunca le olvidaría. Por supuesto, ese pequeño pueblecito se llamaba Brisighella...

miércoles, 5 de mayo de 2010

¿El coche de Batman?


No, el coche de la fotografía no es el coche de Batman, ni tampoco un extraño híbrido entre un exprimidor de naranjas y un bólido de F1. Se trata de un coche que compitió en F1, el Brabham BT46.

Para el año 1978 el equipo Brabham, o Martini Racing, como preferiría llamarle el que sufragaba con su publicidad el dispendio, había decidido ir por libre y desvincularse del eterno motor Cosworth DFV que montó la mayoría de la parrilla durante más de 2 décadas. Brabham acordó con Alfa Romeo montar su motor 12 cilindros, que la firma italiana suministraría de forma gratuita. Sin embargo, este propulsor tenía inconvenientes, sobretodo su gran peso, lo que llevó a los ingenieros a tener que romperse la cabeza para mejorar las prestaciones del monoplaza.

Tal y como el hambre agudiza el ingenio, el pesado motor Alfa Romeo hizo lo propio con el de los técnicos Brabham, que idearon varias ingeniosas soluciones. Una de ellas fue instalar un gran ventilador, semejante a una gran turbina, en la parte trasera del monoplaza.


El ventilador en detalle


Gracias a este ventilador el aire que pasaba por debajo del plano del coche salía a gran velocidad por la parte trasera, consiguiendo un espectacular efecto suelo. Los resultados fueron inmediatos y prometedores: el Brabham BT46 de Martini Racing estrenó el artilugio en el GP de Suecia de 1978, consiguiendo el 2º y 3er puesto en los clasificatorios. En carrera, Lauda sacó más de medio minuto al segundo clasificado, Patrese.


El BT46, en Goodwood

Estaban a mediados de temporada, por lo que Brabham y Lauda se las prometías muy felices gracias al nuevo invento. Sin embargo, y como ha ocurrido tantas veces últimamente en la F1, las críticas y protestas del resto de equipos arreciaron, alegando que ese apéndice era totalmente ilegal. Tuvieran razón o no, Ecclestone (a la sazón gestor del equipo) tuvo que retirar los coches.

El BT46 y su ventilador tuvieron una vida tan exitosa como efímera: una carrera, una victoria.

¿Pero fue esa la única carrera que corrió el BT46? Si y no. Efectivamente esa fue la única carrera puntuable para un campeonato del mundo de F1 que disputó, pero corrió otra carrera más.

Fue un año más tarde, cuando disputó un trofeo benéfico a favor de la fundación contra el cáncer de Gunnar Nilson. Esa carrera fue especial por muchas razones, además de la participación del BT46.

En primer lugar, se disputó en Donington Park, circuito británico histórico y de postín, que llevaba sin utilizarse hacía más de 40 años. Además, fue la despedida de los circuitos del campeón del 76, el piloto y reconocido donjuán James Hunt. Antes de la carrera nadie lo esperaba, de hecho ni el mismo Hunt quería participar en la carrera, pero había sido uno de los promotores de la fundación Gunnar Nilson y se sentía obligado moralmente a participar. En la parrilla de salida había grandes nombres de todos los tiempos, como el mismo Hunt, Alan Jones, Dan Gurney, Denny Hulme, Jackie Stewart, Fangio o Andretti. Una vez acabó la carrera, James colgó el casco y dijo adiós para siempre a los circuitos.

Dado que la FIA había hecho oídos sordos al evento y no quiso implicarse en su organización, sus reglas no aplicaban en este evento. Como resultado, la carrera se disputó de forma poco ortodoxa (la ganaría el que consiguiera el mejor tiempo en una vuelta, pudiendo dar un máximo de 5 al circuito) y el BT46, “sancionado” el año anterior, pudo competir. Dado que Lauda no estuvo presente, Nelson Piquet fue el elegido para hacerle competir. Piquet no pudo hacerle pasar del 4º puesto, lo que no emborrona el hecho de que, hasta la fecha, es el único monoplaza que ha ganado todas las carreras de F1 que ha disputado…