lunes, 18 de agosto de 2008

Alfonso de Portago, el piloto aristócrata

Su nombre completo era Don Alfonso Cabeza de Vaca y Leighton, 17º Marqués de Portago. Para simplificar, era conocido en el mundillo de las carreras como "Fon".

Era un aristócrata, nieto del rey Alfonso XIII, séptimo en la línea sucesoria al trono de España y, contra todo pronóstico, piloto de carreras... pero también practicante de boxeo, polo, bobsleigh y, en general, cualquier actividad que implicase riesgo y emoción. A éstas dedicó su vida, siendo un notable jockey (más de 100 victorias) e incluso participando en las Olimpiadas de Melbourne'56.

Su personalidad se ajusta a los canones de aristócrata vividor, de hecho Enzo Ferrari le definió como un "gentleman racer": amante del riesgo, seductor con las mujeres, tenía un piso en París, otro en Nueva York, atravesando el Atlántico como un gitano magnífico, siempre vestido de negro, con barba de varios días y cepillo de dientes como único equipaje y acompañante. Por supuesto, pasando por la Aduana con su pasaporte diplomático.

Alfonso de Portago

También tiene el honor de haber sido el primer piloto español en participar en Fórmula 1, en concreto 5 GPs, consiguiendo 4 puntos. Pero se le recordará, aparte de por su personalidad tan auténtica, por el accidente que acabó con su vida. En Módena 1956 este gentleman pasa a engrosar la plantilla del equipo Ferrari, tras comenzar como piloto de pago. Para la Mille Miglia de 1957 (la edición XXIV y en el 30º aniversario del evento) sustituyó a Musso, enfermo. Y sin duda, fue una casualidad trágica.

El último día de carrera, con la victoria segura en la mano para uno de sus Ferraris, Enzo Ferrari ordena en Bolonia a sus pilotos reducir el ritmo de carrera y mantener posiciones hasta el final de la prueba. Quedaban sólo 40km hasta Brescia, final de la carrera.

El Ferrari 315S de Portago en la Mille Miglia de 1957

Sin embargo, fiel a su caracter y forma de vida, Fon hace caso omiso y con un seguro 3º puesto, tras Taruffi y von Trips, se lanza con su Ferrari 315S intentando escapar de Gendebien (que no le hubiese adelantado, puesto que tenía órdenes de Enzo de llevar el debutante 250GTB sin percances hasta la meta) No cambia sus neumáticos para ganar tiempo, lo que seguramente provocó el accidente.

Se estima que a una velocidad de 240km/h, en una amplia curva entre Goitio y Guidizzolo di Mantova, el neumático delantero izquierdo explota. El coche comienza a dar vueltas de campana, se abalanza sobre un grupo de espectadores y, finalmente, se hunde en una fosa llena de agua.

El balance es trágico: Fon y su copiloto (su amigo, el periodista Edmund Nelson) mueren, junto con 10 espectadores.

Nunca se supo si el neumático reventó debido a una piedra o un bordillo de la calle, o si simplemente el neumático iba muy desgastado y no aguantó el ritmo frenético de la carrera (incluso en un principio hubo una condena inicial a Ferrari por usar neumáticos Englebert con un límite de velocidad de 220km/h en sus vehículos, que podían alcanzar los 280km/h) Lo que está claro es que el accidente tuvo un importante impacto mediático, lo que finalmente hizo que el gobierno italiano prohibiese la carrera Mille Miglia, que no se ha vuelto a disputar.

Titular de periódico de la época

De Portago se fue cerrando tras de sí la puerta de toda una época del automovilismo, una época romántica sin duda.

GP de Cuba de 1957, donde mereció la victoria frente al mismísimo Fangio

Para saber más, consulta http://es.wikipedia.org/wiki/Alfonso_de_Portago