viernes, 13 de mayo de 2011

Lella Lombardi

En la entrada anterior dejaba abierta la cuestión de cual era el número más alto con el que se había corrido en F1. Con la reglamentación actual es complicado que, incluso con un eventual aumento del número de equipos, podamos ver un número superior al 27 o 29.

Sin embargo, hubo un tiempo en el que la elección del número con el que se competía era prácticamente libre. Y en medio de ese bonito desbarajuste el nº 208 llegó a lucir en los flancos y morro de un monoplaza de F1. Hasta la fecha, y seguramente para toda la historia, el nº más alto que nunca ha competido.

La elección de ese número no obedeció a la fecha de nacimiento de ningún piloto, la altura del mismo ni nada parecido. La razón es bastante más prosaica que todo eso: el patrocinador del monoplaza era una emisora de radio de Luxemburgo, cuya frecuencia era la 208 FM, por lo que exigió que el monoplaza llevase ese número.

Lella intentando clasificarse para el GP británico y defendiendo el "histórico" 208

El monoplaza se supone que iba a ser el del debut en F1 de la italiana Lella Lombardi, que, por cierto, tiene una historia mucho más curiosa que la del dichoso numerito 208...

Maria Grazia Lombardi, conocida más tarde como Lella Lombardi, nació en el seno de una familia romana totalmente desvinculada de las carreras. Esa falta de interés fue heredada por Lella, apasionada del balonmano pero ajena al furor que causaba el deporte del motor en su país.

Sin embargo, eso cambiaría cuando, precisamente practicando balonmano, le rompen la nariz. La contraria que había golpeado su nariz es una avezada conductora que, al volante de un Alfa Romeo azul, zigzagueando entre coches y derrapando por las calles capitalinas, la lleva al hospital. Los 10’ que duró el trayecto marcarían su vida, pues Lella reconoce que desde entonces correr, en la categoría que fuese, se convirtió en una obsesión.

En relativamente poco tiempo, Lella se hizo con el carnet de conducir, se unió a un piloto de rallies como asistente y consiguió convencerle para correr alguna carrera (entre las risitas del resto de participantes, por supuesto) Rápidamente le picó el gusanillo de los monoplazas, ganando el Ford Mexico Championship en 1973 y entrando en F5000.

Al año siguiente, en 1974, intenta debutar, sin éxito, en el GP británico, precisamente con un Brabham-Ford numerado con el 208 que hemos comentado al principio. Ese año no tiene ninguna otra oportunidad de debutar en F1.

El Brabham desmontado durante las clasificatorias

Sin embargo, en 1975, las cosas cambiaron. El conde italiano “Guggi” Zanon decide apadrinarla y le da el segundo volante de su equipo acompañando a Vittorio Brambilla. Su debut llegó en Kyalami, clasificándose para la carrera del domingo, para lo cual tuvo que dejar fuera a Wilson Fittipaldi y, atención, a Graham Hill… Aunque no tuvo suerte ya que su March tuvo que retirarse durante la carrera, Lella demostró que tenía madera para competir en el gran circo.

El siguiente GP era el de España, disputado a finales de Abril de 1975. Ese día, clasificada de nuevo para la carrera del domingo, Lella votó por correr a pesar del boicot planteado ante la falta de seguridad del circuito de Montjuic. En la vuelta 26 el monoplaza de Rolf Stomellen se sale y se estrella matando a 5 espectadores. Tres vueltas más tarde la carrera es dada por finalizada. Dado que se había corrido más del 33% de la carrera se consideró válida pero, como no se había completado el 66% de la misma, los corredores recibieron la mitad de los puntos. Lella, que en ese momento iba sexta, consiguió medio punto y entrar en la historia como la primera (y, hasta ahora, última) mujer en puntuar en F1. Sin duda, las circunstancias en las que lo logró no son las que ella habría soñado…

Aunque siguió compitiendo en F1, no volvió a conseguir ningún resultado remarcable. Aún así, tiene en su honor el haber conseguido puntuar en un par de temporadas no completas en F1, algo que la gran mayoría de sus compañeros pilotos no han logrado en toda su carrera.

Lella Lombardi